sábado, 28 de febrero de 2009

La revolución de un rastrojo en Esquel


12 de Marzo 2009

Panos Manikis

Discípulo directo de Masanobu Fukuoka

Charla y visita a una experiencia en Agricultura Natural

Filosofía y práctica del Cultivo Natural


Aula Magna de la Universidad · 14 a 18 horas


El profundo verde de este planeta ya esta desapareciendo... el abundante oxígeno de la primavera ya no es tal, estamos viviendo en un eterno otoño. Sin abundante oxígeno no es posible la felicidad; comenta Fukuoka en un reportaje. Ahora tenemos que reverdecer el planeta, tenemos que volver humildemente hacia los campos y cultivar nuestros alimentos, tenemos que cuidar las plantas como si fueran nuestros hijos.

Este paraíso esta en la tierra y es posible, sólo tenemos que soñarlo. Tenemos que soñar con nuestros trigales, y serán trigales. Tenemos que soñar con bosques, y serán bosques.. .y así nuestros hijos podrán ser felices.

Panos Manikis

Si los desiertos comenzaron a surgir cuando el hombre fue dejado de la mano de dios y empezó a labrar el Jardín del Edén, entonces la naturaleza puede ser recuperada de manera natura, aplicando el Cultivo Natural a los desiertos.

M. Fukuoka


Sobre la gira: http://www.taberna.com.ar/yanantin/difusion/panos-manikis.pdf

Sobre el trabajo de Panos: http://www.naturalfarming.us/

Sobre Fukuoka


Masanobu Fukuoka

Es, sin dudas, una de las figuras claves en la agricultura alternativa mun­dial.

Nacido en 1913 en una pequeña ciudad campesina de la isla de Shikoku, en la región sur de Japón.

La escuela de agricultura que el creo la llamó agricultura natural. Citando sus propias palabras: es el cultivo natural basado en una naturaleza libre de la mediación y de la intervención humana.

Se esfuerza en "rescatar, a la naturaleza de la destrucción llevada a cabo por los conocimientos y actividades del hombre, y quiere hacer resucitar a una humanidad, dejada de la mano de Dios". La Agricultura Natural no precisa máquinas ni productos químicos y muy poca deshierba. Fukuoka no labra la tierra ni utiliza compost preparado.

No inunda sus arrozales a través de la estación de crecimiento como lo han hecho desde hace siglos los agricultores de oriente y alrededor del mundo.

El suelo de sus campos no ha sido arado por cinco décadas y sin embargo sus rindes son inmejorables.

Su método agrícola requiere menos trabajo que cualquier otro.

No crea polución y no requiere la utilización de combustibles fósiles.

Masanobu Fukuoka ha publicado nueve libros en idioma japonés y hoy contamos con tres libros traducidos al español

Su libro más leído, sin dudas, "La Revolución de un Rastrojo", ha sido traducido a decenas de idiomas.

La mayor preocupación de Fukuoka en los últimos años fue la falta de vegetación a nivel mun­dial. Como la naturaleza ha sido despojada casi por completo, ahora faltan semillas: "Mi sueño es plan­tar semillas en el desierto dice Fukuoka. Reverde­cer el desierto significa sembrar semillas en los co­razones de la gente y crear un paraíso verde de paz en la tierra..."

El maestro Fukuoka, en los últimos veinte años ha estado viajando por el mundo intentando reverde­cer el planeta.

Su método se podría simplificar de la siguiente manera:

Se encierran semillas en bolitas de arcilla y luego se esparcen en zonas sin vegetación, cuando exis­ten las condiciones favorables, las semillas dentro de las bolitas germinan.

Esta protección es fundamental para evitar daños a las semillas hechas por roedores, insectos y sequías.


Para más información: http://es.wikipedia.org/wiki/Masanobu_Fukuoka


Sobre Panos

Panos Manikis
Nacido en Grecia en el año 1951. Aunque se recibió de ingeniero agrónomo, jamás trabajó como tal. Desconforme con lo que le ofrecía el mundo, vivía su juventud en búsqueda de nuevos caminos. Hasta que llegó hasta sus manos un pequeño libro en inglés "La revolución de un rastrojo" de Masanobu Fukuoka, y fue sin dudas el día en que su vida cambiaría por completo.
Llegó a las islas de Japón en el año 1980. Con los pocos datos que Fukuoka da en su libro pudo encontrar la morada del maestro sin mayores problemas.
El maestro le trasmitió todos los conocimientos: cómo usar herramientas manuales sin fatigarse, cómo llegar hasta la forma natural de un frutal, cómo nitrar sin arar la tierra y fundamentalmente cómo mirar todo con la mente de Mu, el hacerse Uno con la naturaleza.
Seis meses le fueron suficientes para embeberse de toda la filosofía del maestro.
Su primer paso acompañado por una mujer que había conocido en la montaña, fue viajar a Europa y organizar el primer viaje del maestro al viejo mundo, llevando las semillas de la Agricultura natural.
Italia, Holanda, Austria, Suiza, entre otros, fueron los países en donde estuvieron. Dando los primeros pasos en muchas fincas que querían establecerse en Cultivo Natural. Además se organizaron muchísimos encuentros, charlas en universidades y reuniones informales en diferentes granjas.
Todo este trabajo, no fue pago en dinero, el espíritu de la Agricultura Natural es llevar adonde sea el mensaje, sin intereses perso¬nales.
Fukuoka retornó a su Japón y Panos junto con su compañera a Brasil. Allí comenzaron una granja natural.
Después de un tiempo se trasladó a la India en busca de otros horizontes, ayudó con su experiencia a una comunidad establecida en el campo. Luego vivió en Nepal.
De regreso a su país; que dicho sea de paso fue prácticamente a pie; meditó en largas caminatas el comienzo de una granja natural y el reverdecimiento del planeta.
Cruzó la India y países árabes rumbo a Grecia. Al llegar se estableció en una pequeña región campesina del norte griego, Edessa, allí creó una granja que poco a poco fue convirtiendo al árido paisaje en una jungla de frutales y verduras. En su finca tradujo varios libros de Fukuoka al idioma griego, que se editaron posteriormente.
Sin embargo, la tranquilidad de la vida campesina no lo absorbió por completo. El destino del mundo lo inquietaba.
Y así fue el principal compañero de Fukuoka en sus viajes por el mundo tratando de reverdecer el planeta. Estuvieron en Africa, España, Grecia, sembrando en extensas zonas. La más importante fue la de 1998 en Grecia: más de 10.000 hectáreas fueron sembradas por 300 personas, desde la tierra, y también por aire: desde avionetas y helicópteros.